Hace tiempo que se habla y se lee acerca de los avances y de la futura llegada del vehículo autónomo. Aparte del beneficio que supondría para una persona no tener que mantener la tensión constante de la conducción, la mayor ventaja que obtendría el día que el vehículo autónomo totalmente maduro circule por cualquier tipo de vía, será la seguridad total.
El mayor avance en seguridad vial
En teoría, el coche autónomo es la solución perfecta como medio de transporte dado que será conducido por un ordenador bajo el cumplimiento exhaustivo de un programa informático que indicará en cada instante cual es la acción a tomar. No habrá en la conducción lugar a interpretaciones, dudas, distracciones, cansancio o cualquier tipo de error a no ser que el propio programa esté equivocado. Y lo más importante: no existirán infracciones de normas de circulación vial salvo fallo del sistema. El vehículo autónomo en teoría podría ser el mayor avance en seguridad vial de la historia del automóvil, dado que ofrecería un nivel de atención y prudencia imposibles de alcanzar por un ser humano.
Estos vehículos no cabe duda que se encuentran en un estado de desarrollo con cierto grado de avance, aunque las informaciones que a veces encontramos en los medios de comunicación se pueden confundir con comunicados corporativos sospechosos de carga optimista.
Un pequeño gesto autónomo, un gran paso a la seguridad
Mientras que lleguen esos coches autónomos a invadir nuestras calles, momento que parece mucho más cercano ahora que el de los coches voladores que teníamos en nuestra niñez como visión de futuro, debemos darnos cuenta de que hoy ya podemos disfrutar de coches parcialmente autónomos: ya están en los concesionarios desde hace años vehículos que toman decisiones de conducción por sí mismos siendo, según se mire, ya grandes pasos en la dirección del autónomo.
Veamos los gestos computerizados que ya realizan vehículos de serie gracias a novedosos sistemas activos, por desgracia aún algunos de ellos incorporados como costosos extras, pero que para el afortunado comprador de un coche nuevo deben ser tenidos seriamente en cuenta en sus decisiones por ser algunos de ellos sistemas de seguridad activos que pueden salvarnos de graves accidentes. Otros pueden considerarse prescindibles en cuanto a seguridad directamente, pero recomendables por hacer la vida más fácil al conductor.
Asistente activo de carril
Sistema que detecta el inicio de salida involuntaria de carril y actúa suavemente sobre la dirección para corregir la trayectoria. Suele funcionar a partir de unos 60 km/h y es desconectable. Su predecesor ha sido desde hace una década un sistema avisador acústico que “veía” las líneas blancas delimitadoras de carril en el suelo y avisaba si se pisaban, incluso mediante vibraciones en el asiento, pero es recientemente con la proliferación de direcciones asistidas eléctricas cuando ha sido posible incorporar este gesto autónomo en los vehículos. Son innumerables los accidentes que habrían podido evitar especialmente los provocados por conductores que se duermen o se distraen al volante.
Asistente de arranque en cuesta
Con la inclusión de frenos de mano eléctricos ya es posible que éste sea accionado por el ordenador del vehículo cuando detecta que queremos iniciar la marcha en una calle en pendiente. Gracias a esto ya podemos operar los mandos del coche exactamente igual para arrancar en llano como en fuerte cuesta arriba: el coche no reculará ni un centímetro. Ya existían algunos sistemas mecánicos desde hace muchos años, pero gracias al freno eléctrico éstos son más baratos y de funcionamiento más perfecto.
Asistente de aparcamiento
En realidad los de algunas marcas no son meros asistentes sino que realizan todas las operaciones de aparcamiento tanto de dirección como de movimiento incluso sin conductor presente, por lo que debería llamarse sistema de aparcamiento autónomo. Otras sólo actúan sobre el volante y dejan en manos del conductor las operaciones sobre cambio, freno y acelerador.
Freno automático de emergencia
Este es uno de los sistemas más avanzados al incorporar visión artificial a través de dos cámaras situadas en la parte delantera combinado con los clásicos sensores por radar.
Tienen visión hasta a 100 metros de distancia. Avisa de un posible accidente y actúa sobre los frenos si es necesario. Activa una alerta por insuficiente distancia de seguridad con el vehículo precedente. En caso de ausencia de reacción o de frenada insuficiente frente a un riesgo de colisión detectado, la frenada de emergencia asistida se pone automáticamente en marcha:
- Si el conductor frena, le ayuda reforzando la frenada.
- Si el conductor no frena, frena automáticamente para evitar la colisión.
No cabe duda que en un futuro muy próximo será tan común como el ABS o el aire acondicionado.
Este sistema será obligatorio en Estados Unidos a partir del 2022.
Servofreno de emergencia activo
Este sistema puede incorporarse en solitario, ya existe desde hace años, o en complemento con el sistema del punto anterior.
Tras numerosos estudios de diagnósticos de accidentes, se ha comprobado que muchos conductores involucrados no aprovechan toda la potencia de frenada de sus vehículos en los momentos previos a una colisión a pesar de que llegan a pisar el freno, posiblemente influenciados por situaciones de pánico no lo hacen con suficiente fuerza. Esto hace que los daños sean mayores al colisionar a una velocidad muy superior a la que realmente lo habrían hecho si hubieran accionado el pedal con la máxima fuerza. El sistema detecta estas situaciones y al pisarse el freno aunque sea con escasa fuerza pero de forma rápida, se libera un mecanismo potenciador de la frenada.
Cambio automático de las luces de carretera y de cruce
Adapta la iluminación de a cada situación, cambiando a luces de cruce automáticamente cuando se circula en zona urbana, en carretera a baja velocidad, al cruzarse con otro vehículo o cuando el vehículo precedente se encuentra cercano.
Control de velocidad adaptativo
A las funciones del control de velocidad de crucero tradicional, donde un sistema “ciego” mantiene la velocidad constante, se le puede complementar con los datos provenientes de visión artificial, radar y/o satélite, de manera que el controlador de velocidad puede tener en cuenta ahora la velocidad máxima admitida en cada tramo de carretera según haya leído en las señales de velocidad máxima, o por datos del navegador y adecuar así la velocidad de crucero. Así mismo, este sistema puede tener en cuenta la presencia de un vehículo más lento precedente e igualar la suya manteniendo la distancia de seguridad. Este sistema añade un plus de seguridad en embotellamientos y algunos fabricantes incluyen la función parada y marcha siguiendo al vehículo de delante durante las retenciones, manteniendo cierta distancia de seguridad, e incluso función de accionamientos moderados de la dirección para mantener el vehículo dentro del carril. En cierta medida todas estas funciones activas a la vez conllevan ya una conducción autónoma en unas condiciones de tránsito que implican decisiones repetitivas y fáciles para un ordenador.
Control de estabilidad
Es el sistema más antiguo de los que se nombran aquí, cerca de 20 años, pero se incluye en el artículo por ser un sistema activo. Trabaja en combinación con el sistema regulador de frenada ABS y ya lo incluyen de serie prácticamente todos los coches. El sistema detecta mediante acelerómetros si el coche está girando más o en defecto comparado con lo que el conductor pretende con el ángulo de giro del volante, lo que indicaría deslizamiento del eje trasero o delantero respectivamente, y acciona los frenos de uno u otro lado ayudando a corregir la trayectoria y el control del vehículo para evitar el trompo o la salida de curva.
Nadie puede negar que estos sistemas activos que actúan para evitar accidentes representen un importante avance en seguridad vial. Junto con otros que pueden llegar pronto, como la esquiva automática de obstáculos, estamos ya disfrutando de un aumento notable de la seguridad mientras viajamos camino del vehículo autónomo integral.